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La francmasonería se asigna los calificativos de "Filantrópica, filosófica y progresiva en esencia". Hay que distinguir la institución de sus adeptos. Al lado de espíritus de corto alcance, poco desinteresados e incluso perseguidores, encontramos hombres ilustrados, ávidos de justicia social e inquietos por la felicidad de los demás. Pero es la institución misma la que debe ser objeto de nuestro interés, y de un modo primordial, sus doctrinas, aunque no hayan aportado nada original - si exceptuamos algunos algunos masones "simbolistas" de nuestros días (Editada en 1958)- al patrimonio intelectual de la humanidad.
Veremos más adelante que la masonería ha sufrido muchos cambios desde sus orígenes y que no representa en todos los lugares el mismo aspecto. Por ello hemos creído necesario en esta exposición estudiar la masonería bajo su aspecto histórico.
Deísta o "bíblica", ha dado impulso hasta el máximo, pero en distintas direcciones, a los principios del libre examen, de los que pronto se impregnó. En el curso de su historia observamos principalmente:
1.- Un esfuerzo continuo para mantenerse identificada con el pensamiento de los temas y costumbres institucionales más importantes de un protestantismo estrecho en un principio y después demasiado tolerante.
2.- Una propensión, sobre todo en ciertas obediencias(ceremonias), a la investigaciones "gnósticas" , preferidas a las creencias cristianas, que se extienden por medio de desarrollos tan imprevistos como discutibles y que se esfuerzan frecuentemente en adaptar al espíritu laico de los tiempos modernos, así como fusionarlas en un compuesto filosófico, ritual e "iniciativo" más o menos secreto.
3.- Una tendencia cada vez más marcada hacia el puro racionalismo, la negación de lo natural, la indiferencia teórica con respecto a las religiones positivas y hacia la idea de que la razón humana es la fuente de toda verdad, medida de todas las cosas, y que debe gozar de una independencia absoluta.