Tavera Acosta, Bartolomé (1865 1931),
Historia de Carúpano (Tomo I) Caracas, Tipografía Garrido 1947 pp 171-179
¿Quién fue el autor? ¿Qué lugar ocupa en la historiografía venezolana? ¿Son fiables las fuentes que utilizó? ¿Escribe como masón o como historiador?¿Está ubicado dentro del contexto de la historia de la masonería?¿Se puede hablar de su historia de Carúpano como una historia regional?
Estas serían, a grandes rasgos, las preguntas que habrán de formularse los estudiantes que se acerquen a su extensa obra conformada por treinta libros. Aquí nos limitaremos a revisar su capítulo sobre los orígenes de la masonería en Venezuela. Aclaramos que nos referimos a la masonería como una institución que ha hecho vida pública en Venezuela, no a los grupos de conspiradores o mafias políticas que la teoría de la conspiración ofrece como alternativa cuando no encuentra mejor forma de explicar lo que no está capacitada para interpretar.
Bartolomé Tavera Acosta
(1865 1931)
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Bartoomé Tavera Acosta fue un escritor y periodista estudioso de temas relativos a la historia venezolana, etnología, lingüística, espeleología y geografía; funcionario del gobierno de Juan Vicente Gómez, admirador del nacionalismo de Cipriano Castro quien ingresó en la política durante la Revolución Legalista.
En el prólogo de la segunda edición de la obra señalada que fue realizada durante la conmemoración del tercer centenario de la ciudad de Carúpano, el profesor José Luis Salcedo Bastardo, sintetiza las motivaciones recurrentes en Tavera: la raza, la tierra y los héroes.
En ese décimo capítulo de su Historia de Carúpano enuncia las primeras logias masónicas (1814 1892), Tavera comienza hablando de una supuesta primera logia fundada por Francisco de Miranda en 1811 con el nombre de Colombia. Como ya sabemos que las investigaciones históricas posteriores hechas por los historiadores masones serios descartan la iniciación masónica de Miranda, debemos tomar en cuenta que desde la segunda década del siglo XX comenzó a difundirse en los medios masónicos, lo que sería la Masonería Mirandina, instaurada por el doctor José Tomás Uzcátegui cuando ocupaba el cargo de Gran Maestro en 1950.
La segunda idea que trata el texto está destinada a entrar en desacuerdo con escritores masones quienes otorgaron carácter masónico a las reuniones secretas que se realizaban en la Quinta de los Bolívar en Bárcenas, casa de campo de los Bolívar Palacios y Blanco en las riberas del Guaire. El autor se muestra crítico al diferenciar las reuniones políticas destinadas a conspirar en pro de la independencia política, con mucho distanciamiento con respecto a las tenidas masónicas. De allí se infiere que hasta 1931, los masones tenían como fecha de inicio de las actividades masónicas venezolanas la fecha de 1808, la cual había sido proporcionada por José de Jesús Castro en 1856. Es la obra de Jorge Ricardo Vejarano, la que lo lleva a pensar en esas reuniones como meros "conciábulos de confabulados políticos", mas no como tenidas masónicas. Probablemente no conoció todo el trabajo de Asciclo Valdivieso Montaño donde el historiador masón manipuló las citas de José de Jesús Castro para crear la mitografía de la masonería conspirativa. Estaría preparando este texto la imprenta cuando Valdivieso creó un nuevo origen de la masonería venezolana en las mazmorras para los presos políticos de La Guaira. Aventura historiográfica que todavía goza de gran popularidad entre los masones venezolanos que todavía desconocen la realidad histórica de su institución.
Otra afirmación que Tavera suministra, y que fue derribada posteriormente por la documentación masónica lo constituye la antigua creencia de que Bolívar había sido iniciado en la hipotética logia gaditana de los Caballeros Racionales. Hoy sabemos que la vinculación del Libertador con la Orden se limitó a París, después que había cumplido los 21 años, edad que tampoco durante su estadía en Cádiz ostentaba.
En ese décimo capítulo de su Historia de Carúpano enuncia las primeras logias masónicas (1814 1892), Tavera comienza hablando de una supuesta primera logia fundada por Francisco de Miranda en 1811 con el nombre de Colombia. Como ya sabemos que las investigaciones históricas posteriores hechas por los historiadores masones serios descartan la iniciación masónica de Miranda, debemos tomar en cuenta que desde la segunda década del siglo XX comenzó a difundirse en los medios masónicos, lo que sería la Masonería Mirandina, instaurada por el doctor José Tomás Uzcátegui cuando ocupaba el cargo de Gran Maestro en 1950.
La segunda idea que trata el texto está destinada a entrar en desacuerdo con escritores masones quienes otorgaron carácter masónico a las reuniones secretas que se realizaban en la Quinta de los Bolívar en Bárcenas, casa de campo de los Bolívar Palacios y Blanco en las riberas del Guaire. El autor se muestra crítico al diferenciar las reuniones políticas destinadas a conspirar en pro de la independencia política, con mucho distanciamiento con respecto a las tenidas masónicas. De allí se infiere que hasta 1931, los masones tenían como fecha de inicio de las actividades masónicas venezolanas la fecha de 1808, la cual había sido proporcionada por José de Jesús Castro en 1856. Es la obra de Jorge Ricardo Vejarano, la que lo lleva a pensar en esas reuniones como meros "conciábulos de confabulados políticos", mas no como tenidas masónicas. Probablemente no conoció todo el trabajo de Asciclo Valdivieso Montaño donde el historiador masón manipuló las citas de José de Jesús Castro para crear la mitografía de la masonería conspirativa. Estaría preparando este texto la imprenta cuando Valdivieso creó un nuevo origen de la masonería venezolana en las mazmorras para los presos políticos de La Guaira. Aventura historiográfica que todavía goza de gran popularidad entre los masones venezolanos que todavía desconocen la realidad histórica de su institución.
Otra afirmación que Tavera suministra, y que fue derribada posteriormente por la documentación masónica lo constituye la antigua creencia de que Bolívar había sido iniciado en la hipotética logia gaditana de los Caballeros Racionales. Hoy sabemos que la vinculación del Libertador con la Orden se limitó a París, después que había cumplido los 21 años, edad que tampoco durante su estadía en Cádiz ostentaba.
Seguidamente realiza un párrafo, con el cual trata de explicar la manía de los hermanos masones de su tiempo en pretender vincular a su fraternidad con los conspiradores de antaño. Me refiero a una cita del historiador Lino Duarte Level en su Historia Patria, Caracas, 1911 p. 272 donde dice textualmente: " Parejo con la Sociedad Patriótica, institución siempre al servicio de la dignidad humana bajo cualquier forma que se le pretenda ultrajar." Esta cita también ha sido repetida por mucha literatura fantasiosa sin referir el origen, tal es es caso de Rumazo González y otros masones de su tiempo. Le faltó agregar después de su punto final, el punto y seguido así: ... Su secreto le hacía más temible, y en efecto, bien tuvo ramificaciones en las principales ciudades de la república. El espíritu innovador de la época se prestaba para los conciábulos ocultos, a los trabajos velados, y era una novedad que atraía, aquellas ceremonias que se decían pavorosas, y aquel carácter de héroes y mártires que exigía á sus adeptos la masonería." Todavía la referencia masónica de Duarte no termina allí. Después de otro punto y seguido, la referencia que no completa Tavera continúa justificando a la institución reconociendo que no había hecho todo lo que se había idealizado a cerca de ella. Textualmente: " Si no hizo todo lo que entonces se esperó de ella, no puede negársele el mérito de haber establecido en sus logias la trinidad de los derechos del hombre y el juramento de odio eterno a los tiranos y a la tiranía, a la vez que se unió a los hombres de ideas liberales y de buena voluntad." El texto continúa con un punto y aparte con respecto a la masonería. Pero nos llamó la atención del porqué Tavera no hizo la cita completa. Simplemente citó lo que consideró útil a su argumento. Dejemos para una reseña aparte el punto de vista de Duarte Level y otro de Heredia, menos conveniente para Tavera, porque Heredia no incluye entre los hombres distinguidos por su ciencia y probidad. Está narrando los acontecimientos del año 1811, desde la celebración del primer aniversario del 19 de abril al 5 de julio de 1811: "Las elecciones se hicieron con perfecto orden y ´por influjo del clero,(dice Heredia) y de los propietarios juiciosos recayeron casi generalmente en los hombres más distinguidos por su ciencia y probidad, aunque no se pudo evitar la entrada de Miranda y otros semejantes" (Duarte p. 273)
No pudieron evitar que entraran personas carentes de probidad y de ciencia. Ese era el concepto que de Miranda manejaba el secretario general del gobierno de Guzmán Blanco, el general Lino Duarte Level. Por algo transcribe la cita de Heredia. Definitivamente, los masones del siglo XIX no eran mirandianos. El culto al héroe prototipo masón que encarna Miranda proviene de otras fuentes posteriores, vinculadas a la aparición del archivo de Miranda y al distanciamiento de los neocolonialistas con respecto a los próceres conservadores que llevaron la parte política de la lucha por la independencia. Son los mismos que no ven la explosión social ni las causas sociales de la violencia política que imperó durante el siglo XIX.
Continuaremos revisando la percepción de Tavera sobre los escritos de otro historiador masón: Asciclo Valdivieso Montaño, a través de este interesante capítulo de la Historia de Carúpano, necesario para la comprensión de lo que será la historia de la masonería venezolana. La referencia a Valdivieso está vinculada a la existencia de la logia Colón, de Caracas donde le hicieron cargos al general español Pablo Morillo según una referencia del general Manuel Landaeta Rosales. Este asunto de Morillo fue tomado en cuenta posteriormente por el historiador Nicolás Navarro. De esta logia, probablemente una logia militar heredera de los regimientos que pelearon junto al Duque de Wellington para expulsar a los franceses de España. Esta debió ser la masonería militar donde se podrían hacer el típico cargo que le hicieron a Morillo. Lo breve de esta referencia posiblemente se debe a que tendrían que explicar porqué si el objetivo de la masonería era la independencia, entonces cómo explicar la presencia de masones entre un ejército y unos políticos que luchaban por preservar los derechos de la Monarquía. Lo que nos llama la atención es la facilidad con que dice que en 1821 cambió el nombre por el de logia Unión. Una continuidad histórica que por supuesto carece de todo sustento documental y ni siquiera de tradición oral.
De igual manera procede con la explicación de una logia formada por el capitán de un barco estadounidense en Carúpano, que en tres meses dejó establecida una logia que llevaba el nombre del barco. Nos interesa el dato porque abre la posibilidad de verificar en la historia de la Gran Logia de Vermont, la afiliación de esta logia Patria N 890 en el año de 1814. Es necesario detenerse en la cronología histórica estadounidense o revisar la historia de la masonería estadounidense para hacernos una idea cómo funcionaba el proselitismo masónico en 1814, y su posible relación con las logias de nuestro país.
En el siguiente párrafo ubica la existencia de la logia Concordia de Angostura en 1818 por James Ambrose, capitán de otro barco y de corta permanencia en la ciudad. Hace más de veinte años nos topamos con la misma referencia que ofrece el autor. Lo que tenemos fichado de entonces es que el coronel Gustavo Hippisley afirma haber asistido a la iniciación del general Montilla en una logia que se reunía en la casa de un comerciante de apellido Hamilton. Fue él quien envió la traducción del discurso de Angostura de Simón Bolívar a la prensa londinense para contribuir al reconocimiento de la nueva nación que se constituía en términos constitucionales y civilizados.
Según los datos recopilados por Tavera, para 1824 existían en Venezuela las siguientes logias:
Protectora de las Virtudes, fundada en Barcelona el 3 de mayo de 1822
Perfecta Armonía, fundada en Cumaná el 4 de noviembre de 1822
Unanimidad, fundada en La Guaira en abril de 1824
Libertad, fundada en Puerto Cabello en 1824
Virtud fundada en Carúpano el 27 de diciembre de 1824
Seguidamente ofrece nombres y apellidos de los iniciados en la mayoría de estas logias, con la excepción de la logia Protectora de las Virtudes de Barcelona y la logia Colombia de Caracas. Lo interesante de sus datos es que coinciden con el mismo vacío documental entre 1842 y 1853, fecha esta última que corresponde con los archivos masónicos venezolanos que hemos podido contactar.
De igual forma nos ofrece una lista de los nombres de los hermanos que ocuparon el cargo de Venerable Maestro, desde la fundación de cada logia, y durante los años que estuvieron activas. Estos datos pueden ser de interés para la construcción de los archivos electrónicos para la elaboración de la historia de dichas logias en el marco del proyecto de historia de la masonería venezolana.
Este capítulo será enviado a los estudiantes que lo soliciten. Manténganse en contacto con este Blog porque quedan algunos asuntos que informar con respecto al personaje y su participación en la historiografía masónica.